Acto VIII. Los chalecos amarillos no ceden. On ne lache rien!, es su divisa. Son refractarios a los discursos vacíos, a las promesas mentirosas y a las cortinas de...
Acto VI que nadie esperaba. El gobierno y la prensa ya estaban pronunciando los elogios fúnebres de rigor. Sin embargo los chalecos amarillos dieron ayer una sorpresa: ¡están vivos! En toda Francia hubo manifestaciones el sábado. “Menos concurridas” repiten los corifeos, más para tranquilizarse ellos mismos que para dar cuenta de la realidad. Una nota de Luis Casado.
Algún criado servil saca cuentas alegres: la movilización de los chalecos amarillos se reduce. Es cosa de fatigarles, de pudrir el movimiento: dos o tres semanas más y todo habrá terminado. No perciben que fue y es una siembra en terreno fértil. Luis Casado expone algunas perspectivas…
Francia vive un proceso de luchas sociales que está lejos de amenguar. Mañana sábado, dice Luis Casado, el país vivirá el Acto V del combate de los chalecos amarillos. El poder utiliza todo su arsenal de recursos represivos…
La crisis está llegando a su culminación. ¿Cómo terminará? El gobierno francés apuesta al cansancio, al frío, a la división, a Navidad, a los cuentos chinos. Macron no dijo nada. Peor aun, intenta engatusar a más inteligente que él. Luis Casado ofrece un análisis crudo de la maniobra…
La profunda crisis que sacude a Francia tiene genealogía. La misma que puso al neoliberalismo al mando, y expulsó a los ciudadanos de la cosa pública. La cuestión no es solo económica: es esencialmente política. Macron ocultó esa dimensión, la pasó por alto, no la ve, o no quiere verla. ¿Hasta dónde irá la revuelta ciudadana? Un análisis de Luis Casado…
La Historia de Francia suele tener ecos hasta en los rincones más alejados del planeta. El fenómeno de los chalecos amarillos no tiene porqué ser una excepción. Luis Casado nos entrega su cuarta nota sobre el desarrollo de los acontecimientos. Esperando el desenlace del drama…
Emmanuel Macron debiera saber –eso no está garantizado– que su trono se ha ido transformando en un sillón eyectable. Eso es lo que dicen los diez mil chalecos amarillos que cuenta su ministro del Interior.
Cuando la Historia pasa ante nuestros ojos no nos damos ni cuenta. La posteridad, los historiadores, evocarán el movimiento de los chalecos amarillos como hacen con Mayo del 68 o la Comuna de París. Las bases del poder tambalean. Lo cuenta Luis Casado, desde París.
Las protestas en Francia, detonadas por el alza a los precios de los combustibles, se han extendido no sólo a los ciudadanos conductores, sino a los trabajadores y pensionados, a quienes viven de su sueldo. La prensa y los analistas están desorientados, no menos que los gobernantes, que no consiguen detectar los motivos de un movimiento que se mantiene y se extiende. Desde Paris, escribe Luis Casado