...al pueblo siempre le queda la última defensa de las revoluciones. Hay una imprescindible, imprescriptible, inalienable e impostergable, que consiste en devolverle al país su calidad de República y...
¿Incompetencia o mala fe? Ni lo uno, ni lo otro: simplemente los expertos trabajan para quien les paga, para defender sus intereses, cumpliendo fielmente...
No es por incordiar, pero cuando el llamado Consenso de Washington determinó que los Bancos Centrales debían ser “independientes”, había que comprender “privados”.